No es difícil imaginar el impacto que la creación de los EE.UU debió
causar por toda Europa. El 4 de julio de 1776 nacía una nueva nación que rompía con una gran
metrópoli europea y además se había producido una revolución. La
aprobación de las constituciones en las
antiguas Trece Colonias y, posteriormente, la federal de 1787, suponía
la ruptura con la metrópoli sobre nuevos presupuestos políticos basados
en la soberanía del pueblo, la separación de los poderes y el
reconocimiento y garantía de los derechos de los ciudadanos. Nacía una República muy distinta a las que existían en Europa, que eran de marcado carácter
aristocrático u oligárquico.
Aquel modelo se convirtió en un mito que debió comentarse por toda Europa. Desde luego tenía que estar en la mente de los revolucionarios franceses que el 14 de julio de 1789 tomaron la fortaleza-prisión de la Bastilla dando inicio a la Revolución Francesa.
Esta placa se encuentra en las calles de la localidad bretona de Auray. |
La
revolución francesa barrió la estructura feudal del llamado Ancien Régime en nombre de la libertad, la
fraternidad y la igualdad. Sin embargo, una reciente investigación (pdf) con datos de produción agrícola pone de manifiesto que los beneficios económicos del giro radical que supuso la Revolución Francesa provienen de la creciente desigualdad y el fuerte aumento de la riqueza que se generó.
En 1789, el gobierno revolucionario expropió las tierras propiedad de la iglesia, alrededor del 6,5% del total de la tierra del país, y las redistribuyó mediante subasta. Este hecho creó un experimento que hoy le ha resultado útil a los autores de esta investigación. Los nobles y la iglesia realizaban lo que hoy realiza el estado, cobraban impuestos sobre casi todo a cambio de prestar ciertos servicios a sus subditos.
Los autores recopilan datos de la producción agrícola y la inversión en infraestructura, como el riego, de las propiedades que fueron subastadas y de las que no fueron subastadas. Encuentran que las áreas donde hubo mucha tierra propiedad de la iglesia antes de la revolución, y por lo tanto sujetas a mayor privatización después, experimentaron una mayor producción y una mayor inversión en los siguientes 50 años. También encuentran una mayor desigualdad en el tamaño de las fincas, gracias a la concentración de tierras previamente fragmentadas, que en áreas donde la privatización fue menor.
Los autores argumentan que este es un caso que ayuda a explicar el teorema de Coase, desarrollado a partir del trabajo del ganador del premio Nobel Ronald Coase. El teorema dice que la negociación debe resultar en resultados óptimos independientemente de cómo se diseñen las instituciones económicas. Sin embargo, la inexistencia de negociaciones perfectamente libres en el mundo llevó a los economistas a refinar esta predicción, estos resultados óptimos sólo ocurren cuando no hay costes de transacción. En realidad, los altos costes de hacer un trato a menudo bloquean acuerdos mutuamente beneficiosos.
Consideremos la agricultura francesa. Antes de la revolución, los grandes propietarios, como la iglesia se dedicaban a alquilar sus tierras a los pequeños propietarios, pero estas pequeñas parcelas no permitían remunerar la inversión en infraestructura de gran escala como el riego u otras mejoras, sobre todo porque las autoridades feudales recogerían gran parte de los resultados. Además, existían numerosos obstáculos legales para vender tierras a alguien que pudiera invertir en ellas. El sistema ponía demasiados costes para que las inversiones se pudieran realizar. Después de la revolución, se abolió el feudalismo, y, finalmente, Napoleon Bonaparte impuso un código civil moderno en 1804. Sin embargo, esto no se traduce necesariamente en una reasignación eficiente de tierra e incertidumbre legal, los antiguos señores feudales intentarán conservar la propiedad por todos los medios y la burocracia local siguió haciendo las transacciones difíciles. No fue suficiente cambiar las reglas sin cambiar la estructura de poder existente.
Los lugares donde los vículos con el sistema anterior fueron cortados de raíz fueron aquellas tierras objeto de subasta que fueron vendidas a especuladores privados de una sola vez.
“The auctioning-off of Church land during the Revolutionary period gave some regions a head-start in reallocating feudal property rights and adopting more efficient agricultural practices,”
los investigadores concluyen:“The agricultural modernization enabled by the redistribution of Church land did not stem from a more equal land ownership structure, but by increasing land inequality.”
Los mercados son una manera eficaz de promover el desarrollo, incluso cuando se está derrumbando a los señores.