12.12.16

A GALIDEM en Varsovia.


A GALIDEM ven de participar por medio de Fernando del Río na mesa redonda organizada polo ELF "Machines, Jobs, and Equality: Technological change and the labour market in Europe".  Este evento tivo lugar o pasado 2 de decembro no marco do congreso 2016 do ALDE en Varsovia e serviu de presentación do libro do mesmo título editado polo ELF.





11.12.16

π 5: el valor original


Francisco Xavier Lores y Álvaro Vilas

En entradas anteriores sobre la propiedad intelectual (π en adelante) se han discutido los argumentos más importantes de los defensores de la π (aquí y aquí) sugiriendo que no es necesario el establecimiento de un monopolio para generar creación intelectual o artística. Si esto es así se puede plantear la pregunta de cómo se generan las retribuciones de los creadores en un entorno competitivo. Además, atendiendo a muchos de los argumentos que esgrimen los creadores defensores de la π, estos parecen más interesados en sus retribuciones que en la generación de innovación. ¿De qué vivirán los autores sino disfrutan de este monopolio y cualquier persona puede hacer lo que quiera con las copias de sus creaciones?

En competencia perfecta los beneficios son nulos, pero esto en teoría económica no significa que los productores no ganen dinero sino que ganan la misma cantidad o incluso más que haciendo la segunda actividad que mejor sepan hacer. Es decir, son remunerados según su coste de oportunidad.

Apartándonos un poco de la teoría económica, el concepto que nos permite observar claramente que el autor o creador tiene una ventaja sobre el resto de oferentes es el de la copia original. El primer manuscrito, los primeros planos o la primera partitura son propiedad del autor (por eso la propiedad privada habitual es importante), y el precio al que vaya a vender esa copia original muestra el valor presente de los beneficios que generarán en el futuro. Esta idea no debería sorprender a nadie. Del mismo modo que el FC Barcelona paga por Neymar una suma monetaria, no sólo en función de lo que el jugador vale sino también de las camisetas que venderá para el club, una editorial compra los derechos de un libro pagando en función de los beneficios que espera obtener.

La competencia evidentemente disminuye el precio para todos los competidores, pero el caso es que todos, de manera directa o indirecta tienen que pagar al autor original y por lo tanto éste será remunerado. Es importante dejar claro que si aumentamos la competencia en el mercado de las copias de las ideas, los autores no se encontrarán en condiciones infrahumanas pero si que cobrarán menos, y es que precisamente por eso todo el mundo quiere un monopolio para su negocio.

El hecho de ser el autor original no sólo permite disfrutar como innovador de unos beneficios extraordinarios a corto plazo, sino que además dicho autor gozará de otras vías de ingresos complementarias que sólo estarán a su alcance. El ejemplo más evidente está en los conciertos musicales. En la industria musical, los artistas ingresan alrededor de un 4% de lo que valen sus discos, mientras que de los conciertos pueden llegar a ingresar hasta un 80%, y en algunos locales pequeños incluso toda la recaudación, quedándose el bar con los ingresos por consumo de bebidas y similares. Por sus propias características además, los conciertos no son imitables. El aumento de la competencia en el sector (especialmente con la aparición de internet) ha provocado que las ventas de discos caigan pero los conciertos aumenten.

Otro claro ejemplo de cómo se obtienen rentas los autores-creadores por otras vías es la publicidad. Es habitual que los creadores anuncien que ofrecerán sus productos por internet. Obviamente ellos tienen la ventaja de ser los primeros que las cuelguen en la red, y si deciden colocar publicidad en su página o durante el proceso de descarga de los capítulos recibirán unos ingresos muy importantes.

Estamos hablando de casos donde copiar o reproducir la innovación es realmente sencillo, pero no siempre es así. Poniendo otro ejemplo, la ingeniería inversa exige un alto coste y para muchas empresas disponer o copiar una innovación sin tener la información indispensable para aplicarla a su proceso productivo requiere de mucho tiempo y dinero. Por ello, el innovador puede desempeñar labores de consultor y recibir una contraprestación por ellas, ya que él es el que más información dispone acerca de la creación. Este es el caso del software de código abierto.

El software de código abierto se caracteriza por la renuncia voluntaria de los creadores a los derechos de autor y patentes. Por otra parte, los compradores tienen el derecho de hacer copias del producto original, modificarlo, y luego venderlo. También hay una renuncia voluntaria al secreto comercial, debido a que el creador original publica el código fuente o el «plan de maestro» para la producción de software. De este modo cada comprador del software puede competir con el vendedor, de hecho, esta situación ocurre más veces de lo que pensamos en el mundo real. Teniendo en cuenta que existen costes en la producción del software ¿cómo pueden cubrir los costes? La fuente de rentas es la venta competitiva de un bien complementario: el asesoramiento y mantenimiento del software. El creador del software es experto conocedor del software y los compradores de copias del software demandan esa clase de servicios.

27.11.16

Esquecer a Fidel canto antes.


Fonte: Garcia, Stein e Kang (2013).

O autócrata cubano Fidel Castro ven de morrer o pasado Black Friday, ironías do destino DEP. Digo que cumpre esquecelo canto antes, ainda que en realidade o que cumpre esquecer canto antes é o castrismo, esa versión caribeña do socialismo. Os máis interesados en pasar páxina canto antes deberían ser os cubanos claro. 

A figura 1 que encabeza esta entrada resume o legado de Fidel Castro e o castrismo. A figura 1 está sacada de Garcia, Stein e Kang (2013) que tratan de buscar explicacións a diverxencia que a figura ilustra. Nesta figura presentase o PIB per cápita cubano e o PIB per cápita promedio do resto de paises latinoamericanos (Arxentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Uruguai e Venezuela). Na figura pode apreciarse o aumento na diferencia entre o PIB per cápita latinoamericano e o cubano. Os autores tratan de buscar unha causa a esta diverxencia. Por qué o PIB per cápita cubano foi alonxandose do resto de latinoamérica? 

Para responder a esta pregunta os autores poñen en práctica unha sigular estratexia empírica que non ven ao caso discutir aquí. A principal conclusión dos autores é que o cambio institucional que supuxo a revolución socialista de 1959 é a causa do empobrecemento cubano. Os autores discuten outras potenciais causas. En particular: 

  • O capital humano é un factor importante para o crecemento económico. Se a revolución causou unha reducción importante no capital humano esta podería ser unha explicación para o empobrecemento cubano. 
  • O embargo económico imposto polos EE.UU en 1960 como resposta a expropiación de investimentos estadounidenses, é unha causa esgrimida con frecuencia polo governo cubano e os seus defensores.
O embargo foi unha fonte de problemas económicos especialmente desde o final da Unión Soviética en 1991. Porén o bloque soviético proporcionou un soporte grande a Cuba. Desde 1960 a URSS e outros países socialistas firmaron acordos de comercio con Cuba de tal xeito que garantizaron a demanda para o azucre cubano e máis que compensaron a pérdida do mercado de EE.UU. A cambio os países socialistas proporcionaron a Cuba petroleo, maquinaria e produtos químicos. Os autores concluen que o embargo non pode ser causa do empobrecemento de Cuba que a figura 1 sinala.

Cuba ten bos indicadores de saude e educación xa dende principios do século XX, polo menos en comparación ao resto de países latinoamericanos. A revolución socialista non perxudicou os indicadores educativos de Cuba e foi quen de manter por riba da media de latinoamérica estes indicadores. Daquela esta non pode ser a causa do empobrecemento cubano. As seguintes figuras apoian estas afirmación. Tamén están traidas de Garcia, Stein e Kang (2013).

A figura 7 permite ilustrar que a revolución tivo un impacto positivo sobre a taxa de alfabetización da poboación tras a ralentización experimentada nos anos 40 e 50. A figura 8 amosa os anos de escolarización promedio da poboación maior de 15 anos. Este indicador tamén presenta unha boa evolución e é considerado unha boa aproximación ao nivel de capital humano dunha economía.

En resume, non foi o embargo nin o deterioro do capital humano cubano nin as aventuras militaristas en África os causantes do empobrecemento cubano. Foi a supresión dos mecanismos de mercado provocados pola revolución a causante do empobrecemento do pobo cubano. Canto antes abandone Cuba os cambios que estableceu a revolución de 1959 antes poderá incorporarse aos países que prosperan. 

π 4: costes fijos.



Francisco Xavier Lores y Álvaro Vilas

Tras las primeras entradas (aquí y aquí) sobre la propiedad intelectual (π en adelante) continuamos en esta entrada discutiendo uno de los argumentos más utilizados para defender la regulación a través de la π de la innovación: la necesidad de conceder un monopolio para que los creadores recuperen la inversión dedicada a generar la creación o innovación.

Los defensores del monopolio intelectual suelen argumentar que innovar conlleva una inversión y unos costes fijos muy importantes. Si un autor se enfrenta a un mercado competitivo, la competencia provocaría que el precio de las copias de su obra se redujese al coste marginal (el coste de producir cada una de las copias si este fuese igual para todas). Como este coste marginal es muy bajo el precio también lo será y el autor no tendría incentivos a producir sus obras ya que no podría recuperar la inversión necesaria para realizar la innovación. El resultado es que la sociedad se quedaría sin disfrutar de las obras del autor. Así pues, es conveniente ofrecer al autor unos beneficios extraordinarios que le posibiliten recuperar su inversión. Gracias a la π, el autor goza de un monopolio para realizar las copias de su obra y puede fijar un precio por encima del competitivo y obtener rentas que compensen su inversión.

Pensemos en qué sucedería si llevamos este argumento a otros negocios. La mayoría de las innovaciones no son producto de largos años de investigación y esfuerzo económico, sino que suelen tratarse de pequeñas modificaciones sobre otras pequeñas modificaciones y esto es lo que sucede en la mayoría de actividades. Pongamos el ejemplo de una empresa CINESA que hace un estudio de mercado y decide instalarse en una zona de Vigo muy prometedora. Construye un gran número de salas, adquiere unos proyectores de última generación y se gasta una gran suma de dinero en cursos de formación para sus empleados. Cuando se acerca la fecha de inauguración de los cines, CINESA se encuentra con que se han instalado otros cines en la zona. Una mayor competencia hará bajar los precios considerablemente y CINESA no podrá cobrar el precio que originalmente tenía pensado, y le será mucho más complejo recuperar la inversión inicial. Siguiendo el argumento de los defensores de la π, deberíamos concederle a CINESA un monopolio para que pueda recuperar su inversión, ya que si no lo hacemos ¿qué incentivos tiene CINESA para abrir su negocio? Y en general, ¿qué incentivos tiene el creador a producir su innovación?

Aquí es esencial comprender cómo funciona la competencia a lo largo del tiempo, es decir es necesario realizar un análisis dinámico en lugar de uno estático. El innovador disfruta de unos beneficios extraordinarios a corto plazo (por encima de su coste de oportunidad), a largo plazo la competencia hace su aparición, entran empresas en el sector (si no hay barreras de entrada) y los precios bajan hasta alcanzar el coste marginal. En esto consiste el mercado de competencia perfecta antes mencionado, en que no existan beneficios extraordinarios a largo plazo, no de que no existan a corto plazo. Asimismo, cuanto más complejo sea copiar o imitar la innovación original, el intervalo de tiempo entre estas dos situaciones será más amplio, y por lo tanto, CINESA podrá recuperar su inversión inicial y probablemente obtener cuantiosos beneficios.

Ni siquiera es necesario pensar que transcurre mucho tiempo para recuperar la inversión, lo que facilitaría que otras personas ofrezcan copias del producto. En la mayoría de los casos en los primeros días de estreno de una película se cubren los costes que llevó hacerla y mucho más. O en el caso de la industria del libro, donde la copia es más costosa, los datos muestran que el 80% de las ventas de un libro se realizan en los tres primeros meses.

De todas formas, existe una diferencia importante en los ejemplos anteriores que pueden dejar una puerta abierta en la justificación del monopolio: el problema de la indivisibilidad de las ideas. Si CINESA tienen en mente crear un edificio con 10 salas, y ven que no existe demanda suficiente para esa oferta, reducirán el número de salas, por ejemplo a 5. Sin embargo, con las ideas esto no es posible, ya que si un escritor decide escribir una historia y no hay mercado suficiente para esta obra, no podrá publicar sólo la mitad del libro. Este problema de ajustar las ideas al tamaño del mercado puede conducir a una situación en la que innovaciones socialmente deseables no se lleven a cabo.


23.11.16

π 3: ideas rivales


Francisco Xavier Lores y Álvaro Vilas

En la úlitma entrada (aquí) sobre la propiedad intelectual (π en adelante) se discutían los conceptos de bienes rivales y excluibles. En esta entrada discutiremos uno de los argumentos utilizados para defender la regulación de la innovación a través de la π: que las ideas son bienes no rivales.

Algunas personas piensan que las ideas o innovaciones son como bienes públicos. Por ejemplo, si suena una canción por la radio y yo la escucho, eso no impide que otra persona la escuche también. Además que, excluir a una persona de que escuche esa canción en esa emisora de radio parece bastante complicado. Por lo tanto, ¿estamos ante un problema de bienes públicos? No.

Esta es otra clase de  argumentos a favor de la π. Si establecemos que las creaciones intelectuales son bienes NO RIVALES, de tal manera que cualquier persona puede reproducir su obra, realizar copias y venderlas, está justificada la intervención pública para evitar el «free-riding».  Como mencionamos en una entrada anterior, en ese caso un mercado competitivo no proporciona los incentivos adecuados y surge la necesidad de la intervención pública. Como las ideas sí son excluibles ya que no tenemos que compartirlas con otras personas si no queremos, mediante la concesión de derechos de monopolio (π) podemos resolver el problema del «free ride».

Muchos economistas piensan que esto tiene sentido si nos referimos a las ideas abstractas o en su forma intangible. Pero una vez más, de lo que estamos hablando es de las copias de las ideas, no de las ideas en sí mismas. Pese al anterior ejemplo, a nadie se le ocurriría decir que un disco es como un bien público ya que las copias de las ideas son bienes rivales.

Por otra parte, el problema de la exclusión es un problema de derechos de propiedad privada, no un problema de monopolio. Efectivamente, cuanto mejor definidos estén los derechos de propiedad, más fácil será excluir a unas personas de consumir copias de las ideas mediante un sistema de precios. Es decir la propiedad privada habitual garantiza la posibilidad de excluir a alguien del uso del bien.

Son las copias de las ideas las que poseen valor económico y las copias de las ideas son bienes rivales y excluibles. Por lo tanto merecen tener la misma protección que cualquier otro tipo de bienes: no deben ser tomadas sin permiso y el propietario de dichas ideas debe tener el derecho legal a venderlas. Otra cuestión diferente es la imitación, porque, ¿qué sucede cuando es suficiente con mirar una innovación para copiarla?

20.11.16

π 2: bienes rivales y bienes excluibles



Francisco Xavier Lores y Álvaro Vilas

Tras la primera entrada sobre la propiedad intelectual (π en adelante) en la que se discutió la relación entre propiedad privada y π continuamos en esta entrada discutiendo los conceptos de bien rival y bien excluible que resulta de interés en el debate sobre la π.
En economía se denomina bien público a aquel bien cuyo consumo es no rival y no hay posibilidad de exclusión. Que el consumo sea no rival implica que si yo inicio al consumo del bien, no afectará al consumo que realizan las demás personas de dicho bien, o dicho de un modo más técnico, que el coste marginal de sumar una persona al consumo de ese bien es cero. Un ejemplo de bien no rival sería la señal WiFi de una facultad que permite a distintos usuarios conectarse de manera simultánea a la red en un determinado momento. Que no haya posibilidad de exclusión significa que una vez que producimos el bien no podremos excluir a nadie o a algunas personas de su usufructo.

En esta categoría podemos incluir ejemplos como el aire, la arena de la playa, o el olor del pan recién hecho al pasar por una panadería. El ejemplo más típico de bien público es el de la defensa nacional, un servicio de protección garantizado y gestionado por el estado, que nos protege frente a amenazas externas, brindándonos a todos nosotros este servicio. Su consumo es no rival porque el hecho de que el ejército me proteja a mi no impide que proteja a otra persona, ambos podemos consumir el bien sin rivalizar por el mismo. Además es no excluible ya que resultaría extremadamente costoso determinar a qué personas protegemos y a cuáles no.

Cuando estas dos características se juntan en un bien (no rivalidad y no exclusión) se produce un fallo de mercado ya que nadie tiene incentivos a crear el bien de forma privada y la cantidad producida
del mismo será inferior a la socialmente deseable. El problema es que si los demás se benefician de mi contribución al bien público existirá una tendencia a aprovecharse de mi contribución (free ride) y para mi existirá la tendencia a reducir mi contribución al bien público. Esta situación también es conocida como la tragedia de los comunes (tragedy of commons), cuando algo es propiedad colectiva pero los beneficios se disfrutan privadamente todo el mundo trata de consumir sin contribuir. Es una situación complicada que ha justificado tradicionalmente la intervención del estado.

A veces se defiende a la π en base a considerar que las ideas o innovaciones son bienes públicos y por lo tanto es necesaria una regulación, como veremos más adelante esta idea es errónea. Las ideas no son bienes públicos.

11.11.16

π 1: propiedad privada vs propiedad intelectual


Francisco Xavier Lores y Álvaro Vilas

Comenzamos una serie de publicaciones sobre el tema de la propiedad intelectual. En esta ocasión comparto autoría con Álvaro Vilas que recientemente se graduó en la Facultad de CC.EE.EE de Santiago de Compostela con un trabajo de fin de grado sobre la propiedad intelectual y del que fui tutor. En esta primera entrada se discute la relación entre la propiedad privada tradicional y la propiedad intelectual. Aquellos lectores interesados en profundizar en el tema pueden consultar Against Intellectual Monopoly (aquí en versión gratuita) y también este capítulo escrito por Fernando del Río que es uno de los editores de este blog .

La llamada propiedad intelectual (π en adelante) engloba diversas categorías de derechos legales que proceden de algún tipo de creatividad intelectual. Dicho de otra manera, la π es un derecho sobre objetos ideales, intangibles, inmateriales; es un derecho establecido sobre ideas. La π incluye los conceptos de patentes, copyrights o derechos de autor, marcas y los secretos comerciales. Estas dos últimas categorías no están sujetas a controversia, ya que no se diferencian del concepto de propiedad habitual, mientras que las dos primeras sí. Por esa razón cuando nos referimos a π estamos refiriéndonos a patentes y copyrights. Cabe mencionar que sobre el plagio tampoco exite controversia. Plagiar significa apoderarse de la autoría de una obra de la que no se es propietario, esta acción esta penada por la ley igual que el uso indebido de las marcas.

Las patentes protegen implementaciones específicas de ideas: nadie puede legalmente utilizar la misma idea aunque la haya descubierto independientemente, sin el permiso del tenedor de la patente. El Copyright protege las copias de una idea. Normalmente por bastante más tiempo que las patentes. En resumen, la π concede un derecho sobre ideas, plasmadas en una aplicación práctica (caso de las patentes) o expresadas (caso de los copyrights). Es decir, la π añade un derecho de monopolio al tradicional concepto de propiedad privada.

La propiedad privada tradicional y este monopolio inherente a la π no son lo mismo y es necesario distinguirlos. A veces se presenta ambas cosas como si fueran lo mismo pero no es así. La π concede el derecho a controlar el uso del bien objeto de protección mientras que el derecho de propiedad privada habitual solo implica un derecho de venta y no implica nada sobre el uso. Por ejemplo, ser el propietario de un subrayador significa que podemos hacer con él lo que nos plazca. Podemos utilizarlo para subrayar las partes que consideremos más importantes en un libro, vendérselo a otra persona o incluso fabricar un subrayador igual. La propiedad privada no nos confiere ningún monopolio sobre él porque cualquier persona puede ir a un kiosko y comprar otro subrayador igual, y por supuesto, tener los mismos derechos que nosotros. Si fuésemos monopolistas, la única manera de que otra persona tuviese un subrayador sería comprándonoslo a nosotros, es más la π extiende ese monopolio al uso que el comprador hace del bien. Es decir, el comprador podría subrayar el libro en su casa pero no en un lugar público y no podría venderle el subrayador a un amigo. Con las innovaciones y las creaciones ocurre exactamente lo mismo. Además, debemos dejar de darle significado intangible a las creaciones, ya que el debate sobre la π no es un debate sobre las ideas, sino un debate sobre las copias de las ideas. Es un debate sobre los discos, sobre los libros, sobre las fórmulas, sobre los planos, etc... Es en definitiva, un debate sobre qué es lo que ocurre con las ideas una vez que toman forma.

La propiedad privada intelectual es el derecho y la capacidad para vender copias de unas determinadas ideas. Esto no se puede confundir con el monopolio intelectual, que es el derecho y la capacidad para ser el único que venda copias de esas ideas.

La propiedad privada es beneficiosa, y que la propiedad privada esté bien establecida y protegida tiene efectos muy beneficiosos para una sociedad ya que proporciona los incentivos adecuados para que el comportamiento de los individuos produzca asignaciones eficientes de los recursos. Es curioso observar que muchos de los defensores de la propiedad intelectual no son tan defensores de la propiedad privada y sus bondades.

Por esta razón, cuando se cuestiona la π no se trata de defender el robo de ideas. Pero por robo de ideas no entendemos descargar una película mediante cualquier programa de intercambio de archivos P2P. El robo se produciría si alguien va la productora y se hace con una copia de la película de manera ilegal y la vender antes de que ellos la hayan estrenado. Por robo de ideas no se entiende copiar la máquina que la fábrica de al lado utiliza para producir envases de botellas más rápidamente. El robo se produciría si se roban los planos antes de que la máquina se ponga en funcionamiento. Eso es la propiedad privada habitual aplicada a las ideas y por su puesto que hay que protegerla. De ahí al monopolio hay un largo trecho.

Casi todos los estudiantes de economía aprenden desde muy pronto que el monopolio es una mala estructura de mercado, pues genera ineficiencias, precios altos y provoca que el productor ofrezca una cantidad inferior a la socialmente deseada. Así pues, ¿qué motivos hay para defender un monopolio? Debemos recordar también, que el monopolio intelectual se extiende hasta 70 años después de la muerte del autor así que tiene que haber una razón muy buena para que este monopolio, no sólo no sea intervenido, sino que sea protegido desde el Estado.

8.11.16

Free State of Jones


Aproveitando que hoxe todo o mundo está pendente das eleccións presidenciais dos EE.UU paréceme un bo momento para lembrar algunha das ideas sobre as que se fundaron os EE.UU e facer ao mesmo tempo unha recomendación cinematográfica e outra bibliográfica. 

Os colonos norteamericanos do século XVIII tiñan moi claro que a explicación última de toda controversia política é a distribución do poder. Entendendo por poder a dominación dalgúns sobre outros. Os debates sobre o poder entre os colonos centrábanse na esencial agresividade de calquera poder: a sua permanente propensión a extenderse máis alá dos seus lexítimos límites. Nos cimentos da rebelion das colonias frente a Inglaterra estaba o convencimento de que as disposicións do governo británico, e os actos realizados polos seus axentes nas colonias, representaban unha ameaza para os principios nos que se basea a liberdade. O convencimento da existencia dun complot preparado contra a liberdade, tanto en Inglaterra como en Norteamérica, acabounos por lanzar á revolución que culminaría coa declaración de independéncia en 1776.

Destas premisas básicas acerca da natureza do poder e da debilidade humana ante as tentacións derívanse varias  das controversias que preocupaba aos habitantes das colonias. Unha delas foi a necesidade de dotarse dun exército permanente. Para os colonos rebeldes a necesidade de establecer un exército permanente representaba unha ameaza para a sua liberdade, xa que non pode existir peor estado de sometemento que o imposto por un poder militar sen a limitación do poder civil.

Outro aspecto que xerou moita controversia nas colonias norteamericanas foron os plans do governo británico para favorecer a igrexa anglicana en detrimento das moitas igrexas que os colonos foran levando a norteamérica. Existia un temor moi grande a perda da liberdade relixiosa.

A controversia sobre a escravitude tamén ten a sua orixe na revolución americana. A escravitude empezou a ser vista como o mal político por excelencia. Os rebeldes consideraban aos británicos os seus opresores e eles mesmos considerábanse escravos, en palabras de John Adams: «a máis desprezabel clase de escravos». Outro dos pais fundadores, John Dickinson, expresábase: 

«aqueles que deben pagar impostos sen o seu consentimento expreso, outorgado persoalmente por eles ou os seus representantes, son escravos. A nós cóbransenos impostos sen o noso consentimento, ou o dos nosos representates, somos polo tanto escravos».

Polo tanto a escravitude non era unha mera figura retórica era unha condición política específica que os colonos rebeldes atribuían aos franceses, daneses, suecos, rusos, españois, polacos etc da época. E podía aplicarse igualmente aos traballadores negros das plantacións das colonias norteamericanas. Esta controversia dará lugar a guerra civil de 1861, case que un século despois da revolución. 

Estas tres controversias que veño de mencionar aparecen dun xeito ou outro no filme protagonizado por Matthew McConaughey e que da título a esta entrada. No filme nárrase a revolta acontecida en varios condados do estado de Mississippi (no corazón da américa confederada) durante a guerra civil americana.

Para profundizar sobre a natureza de revolución americana pódese ler The Ideological Origins of the American Revolution do que tirei as citas anteriores. 

24.10.16

Guía de Ayn Rand contra as aberracións colectivistas.


En 1947 Ayn Rand escribiu unha guía para distribuir entre produtores de cine estadounidenses coa intención de alertar sobre o que ela consideraba a velenosa ideoloxía antiamericana que os comunistas inoculaban nos filmes. Aquí podedes ler o documento orixinal de Ayn Rand . Xa que moitas das aberracións que denunciaba Ayn Rand están moi presentes nos discursos de moita xente hoxe en día, voume permitir resumir algunha das suas denuncias para non esquecelas.
Non aldraxedes aos empresarios. 
Unha aberración moi frecuente nos nosos días é a de considerar que os directivos de empresas, empresarios (especialmente os banqueiros) ou calquera que se adique aos negocios encarnan a maldade máis vil. Adoitase a presentar aos empresarios como estafadores e/ou explotadores. É claro que hai persoas que se adican aos negocios que son persoas depravadas, como en calquera outra profesión ou actividade. Mais se un atende a historia dos homes e mulleres de negocios pode atopar toda clase de persoas, mais todos comparten as virtudes do xenio produtivo, iniciativa, independencia e a coraxe. En última instancia foron os responsabeis do inmenso crecemento económico dos últimos douscentos anos.
Non aldraxedes a riqueza.
Nas sociedades baseadas na libre competencia a riqueza obtense mediante a produción e o libre intercambio de bens e servizos. A produción non é un mal, como tampouco o é o lexítimo dereito das persoas a obter lucros do seu esforzó.
É precisamente nas sociedades non libres onde a riqueza obtense pola forza. É decir, pola expropiación das propiedades de outros. Nas sociedades libres cada persoa é libre de traballar no seu propio lucro e enriquecerse tanto como o seu talento llo permita, e as suas propiedades son suas: tanto se valen un euro como un millón de euros. Os ricos son ricos a causa do seu carácter persoal, non por pertencer a unha clase social.  Todos temos o lexítimo desexo de realizar os nosos proxectos e gañarnos a vida tan ben como podamos.
Non aldraxedes ao lucro como motivo.
Cando se esgrime o lucro como un motivo perverso que guía a acción de alguén, que é o que se pretende?  Que traballemos sen remuneración, como os escravos, para o beneficio do Estado? Ninguén quere traballar sen remuneración, e ninguén o fai… excepto os escravos.
Un emprendedor ten que estar interesado no lucro. Nunha economía libre o empresario fai lucro so porque fai un produto que a xente quere mercar. Que se pretende que faga se non? Que venda o seu produto perdendo? Se o fixera, canto tempo ficaría no negocio? E a costa de quen?
Moitos presentan as persoas que queren gañar cartos como viláns. Nunha economía libre non hai nada de deshonroso en querer gañar cartos,  xa que os cartos se gañan so grazas ao esforzó produtivo. Se queremos denunciar o desexo de facer cartos de xeito inmoral ou deshonesto, fagámolo.  O condeabel é o deshonesto non o desexo de facer cartos e ser capitalista. Non son o mesmo.
Non aldraxedes o éxito.
Existen moitas formas de éxito: espiritual, artístico, industrial, financieiro etc. Todas as formas de éxito son desexabeis e admirabeis.
Existen discursos que pretenden suxerir que as persoas que teñen éxito o fan a costa dos demáis, que tiveron  que perxudicar a alguén para alcanzar o éxito. As ideoloxías totalitarias intentan disuadir do esforzo e éxito persoal porque as persoas que perden as suas ambicións persoais son máis submisas e están máis dispostas a ser guiadas.
A dignidade humana e a autoestima son imposibeis sen certo grao de éxito persoal. Cando se aldraxa o éxito estase aldraxando a dignidade humana.
Non glorifiquedes o fracaso.
O fracaso non é algo admirabel. Todos facemos frente ao fracaso nalgún momento das nosas vidas. O admirabel é a coraxe e a determinación para superar os fracasos, non o feito de fracasar. Convén sinalar que fracaso non é o mesmo que desgraza, ainda que as duas compartan a falta de virtude.
Cando se presenta o fracaso como algo simpático, como un signo de bondade ou virtude frente ao vil éxito, estase suxerindo que aceptemos a miseria e a degradación como un estado natural das persoas. Que o mal está no éxito e o ben nas alcantarillas. Todo o pobre é bo e todo o rico é malo.
Non glorifiquedes o colectivo.
Existe unha grande diferencia entre a libre cooperación e o colectivismo forzado. A cooperación é a libre asociación de persoas que queren traballar xuntas e que escollen facelo voluntáriamente por interese propio. O colectivismo é o agrupamento forzado de persoas sen posibilidade de escolla, sen interese persoal, nin remuneración algunha para subordinalas á dirección de outros. Os socialistas e comunistas reclaman a superioridade do grupo sobre o individuo: as accións das masas son boas mentres que as accións individuais son malas. Claro que existen vicios individuais igual que existen vicios grupais. Os dous tipos de vicios deben ser xulgados polas accións específicas e non por ser "un" contra "moitos".

A influencia das ideas colectivistas nas nosas sociedades é grande. En parte porque os que profesamos ideas contrarias tendemos a deixar pasar a propaganda dos colectivistas. Esta pequena guía sirve como recordatorio para non permitir o avance da influencia colectivista.

9.10.16

20.9.16

Contra o autoritarismo e o populismo


En vindeiras datas vai a haber un referéndum en Italia para mudar a constitución e as regras eleitoráis. Os liberáis italianos son contrarios a proposta que o primeiro ministro M. Renzi quere aprobar nas urnas. Pode que aprendamos algo do debate italiano para posibeis reformas en España.


3.9.16

Non difamedes a economía.


Un setembro máis comeza un novo curso académico e o noso blog retoma a actividade tras o parón de agosto. E xa que iniciamos un novo curso académico convén lembrar algunhas falacias moi extendidas nos nosos días. 

Unha falacia moi popular entre a xente nova, incluso entre os estudantes de economía e ADE, é a idea de que a economía é unha disciplina sen contido moral.
Como consecuencia da popularidade desta falacia adoitase presentar aos economistas como persoas frías no que atinxe ao público, persoas que enfatizan os cartos e o sentidiño frente aos argumentos morais cuxas retóricas infunden grandes entusiasmos. Tecnócratas ocupados exclusivamente no resultado final sen ningún sentido do que está ben ou mal.

O mesmo Adam Smith, co que comeza a economía moderna, empeza a sua actividade intelectual no eido da filosofía e posteriormente desplaza a seu interés cara a economía política, mudando o seu interese en ofrecer consellos moráis aos individuos hacia como mellorar as institucións e políticas públicas. Mais este cambio non significou o abandono dun principio moral fundamental que está no nucleo da Economía como disciplina académica: a crenza no valor da liberdade humana. Xa no  século XVIII Smith escribiu:
«Every man is, no doubt, by nature, first and principally recommended to his own care; and as he is fitter to take care of himself than of any other person, it is fit and that it should be so. »
que nos ven decir básicamente que cada un de nos é o máis apto para coidar de nos mesmos e non hai ninguna outra persoa, ou institución, que o poida facer mellor.
Adam Smith non foi o único economista que fixo explícita este compromiso coa liberdade. No século XIX John Stuart Mill afirmou:
«The only freedom which deserves the name is that of pursuing our own good in our own way, so long as we do not attempt to deprive others of theirs, or impede their efforts to obtain it. »

No século XX, Milton Friedman defendía que aquela sociedade que situe a igualdade (no senso de igualdade de resultados) por riba da liberdade, acabara sen igualdade e sen liberdade. Ao igual que Friedman moitos economistas atribuenlle a liberdade un valor instrumental, como medio para alcazar outros obxectivos como a igualdade e a prosperidade. Porén ninguen debería ter dúbida que Friedman, Mill e Smith veían a liberdade como un ben fundamental, algo que ten valor en si mesmo. Así é como a liberdade está inserida no núcleo da teoría económica.

A economía moderna tense convertido nunha disciplina moi formal e matemática e isto pode favorecer que se perda de vista que o grande salto da economía tamén é moral, non so matemático. 

Nos primeiros cursos de economía ensinamos o suposto de que os individuos poden ordear os seus resultados de menos preferidos a máis e propoñemos unha medida (que chamamos función de utilidade) que sigue as preferencias das persoas. Se por exemplo temos 100 resultados, podemos definir unha función de utilidade asignando 100 ao resultado máis preferido , 99 ao segundo preferido e así sucesivamente. Esta función de utilidad non di nada sobre o benestar do individuo, so é unha forma conveniente de ordear posibeis eleccións da xente. Cando viramos a atención ao benestar é cando facemos o noso gran salto moral. As melloras no benestar ocorren cando hay melloras en utilidade, e isto ocorre cando un individuo escolle unha opción que antes non estaba disponibel. O que queremos decir é que o benestar de alguen se incrementa cando se incrementa o conxunto de eleccións disponibeis. Cando establecemos isto estamos establecendo que o obxectivo fundamental das políticas públicas é incrementar a liberdade de elección dos individuos.

Este principio básico da liberdade en Economía crea unha predilección sobre a interacción humana e o comercio. Para Friedman, o máis importante feito sobre o libre mercado é que non se produce ningún intercambio a menos que todas as partes saian gañando. A defensa que algúns economistas fan do libre mercado non ten que ver necesariamente cunha maior prosperidade senon coa loita polos valores da liberdade e a interdependencia humana.

Os nosos oponentes poden decir que os economistas temos idealizada a liberdade, e cando argumentamos sobre calquera problema podemos estar errados mais o que non poden decir é que navegamos sen estrela polar. A nosa estrela polar é unha crenza fundamental na liberdade.

Porén, a visión de que o libre mercado é un sistema moralmente inferior está moi extendida entre a xente nova e o que é máis sorprendente tamén entre empresarios ricos. Según esta visión a traxedia humana é que alternativas moralmente superiores ao libre mercado, como o socialismo, non son factibeis. Así, o libre mercado debe ser tolerado, é un mal necesario, mais un mal ao fin e ao cabo.
O libre mercado ou capitalismo, así chamado de forma despectiva para tratar de enfatizar o suposto predominio do factor productivo capital sobre outros, parte coa gran vantaxe moral de que os actos entre os individuos son voluntarios. Outras alternativas, como o socialismo, dependen crucialmente da coerción. As veces, afírmase que se ben o libre mercado pode ser aceptable sobre o papel, na prática fai as persoas piores, a codicia fai a xente ruin e todo iso. Tampouco parece ser certo. Unha ollada con mente aberta a historia ou mesmo ás sociedades nas que están vixentes alternativas ao libre mercado suxiren que o capitalismo saca o mellor das persoas. A xustiza social pode requerir máis que un sistema de produción e intercambio, mais abofé que o libre mercado será parte da solución e non parte do problema. 

17.7.16

The maid, the clerk, the doctor & their computer: so now, what?





This article is written together with Eduardo Giménez, Professor of Economics at the University of Vigo. It is the first part out of four, which will be published in this blog. The full article will be published in the book "Automatization" , which will be published by the European Liberal Forum at the end of the year.
 



This morning, the newspaper picks up that, as every year, Shanghai hosts the trade fair CES ASIA for the consumer technology industry. A company named Bubble Lab presented at the fair a sophisticated robotic arm capable of preparing tea, coffee, and cocktails. After the service, it even cleans the table and leaves it spotless. Mr. Shen Li, representing the company at the fair, says “I do not know if it's true that is going to end human work, but the fact is that machines can perform ever more complicated tasks”. So far, computers and computer-controlled equipment have replaced human labor in a wide variety of tasks. Yet, as well the above anecdote illustrates, technological developments can widely expand the set of tasks which can be performed by machines. Many already suspect that all tasks not requiring creativity will be made in the near future by machines.

Redistribution

A question then arises: in such event, what shall await all those who do not have the necessary skills, namely, creativity? The American film Elysium, released in 2013, describes a dystopian future in which machines perform most tasks. People who have been replaced by machines barely survive on a degraded planet Earth, while small elite inhabits an artificial satellite orbiting our planet. The film is just science fiction. However, you can imagine a society in which a high-skill minority performs tasks highly complementary for technological capital and concentrates most of income and wealth, while most people survives by producing low-price goods in highly automatized productive process (see Cowen (2013)).

We do not pretend to claim that we shall get to this situation. Nonetheless, thinking a future in which automatization of productive processes and increasing importance of non-rivalries give rise to a polarized society can be convenient in order to consider new and more suitable ways of redistribution. Proposal such as basic income (Van Parijs (1995)), the distribution of ownership of some productive assets (Paine (1797), Roemer (1994)), or a negative income tax (Friedman (1968)) should be discussed, especially the last one. The big challenge comes from combining the new mechanisms of redistribution with the necessary incentives for prosperity. However, the advantages of these redistributive proposals should not be ignored because they would allow reducing direct state intervention in the provision of goods and services such as education, health, social assistance and social insurance.

Education

An education system which fosters creativity and provides the suitable knowledge for the new technological reality is urgently needed in order to successfully meet the new technological challenges. We know, this is nothing but a vague generalization. However, many authors have recognized that educational systems suffer from sclerosis. Goldin and Katz (2008) blame the US educational system for not having sufficiently adapted to the demands of the new reality and they do it accountable, at least partially, for the increase in wage inequality in the United States (see also Acemoglu and Autor (2012)). Brynjolfsson and McAfee (2014) ask for redirecting the educational system from its focus on reading and mathematics, typical of the industrial era, towards a broader set of intellectual and personal skills. Even UNESCO held in 2015 a World Education Forum "Rethinking Education". Thus, this institution is aware that something is going wrong with the worldwide education systems.

We do not want to be so presumptuous to pretend to know what changes the education system should exactly perform. Notwithstanding, we dare to claim our conviction that the inability of the education system to adapt to new times has a lot to do with state interventionism. To overcome atrophy, it is required that the state interventionism in Education decreases. Thereby, new educational alternatives will arise from competition and the subsequent processes of creative destruction. Introducing school vouchers would be helpful (Friedman (1955)). Vouchers already exist in Sweden and Denmark, but not in most of European countries. However, the school voucher is not enough. The state must give up the tight control of the education system. Educational innovation will not be possible if it is subject to the restrictions imposed by a straitjacket.

In a changing world, in which many workers are at risk of being displaced from their jobs by machines, it is important to be very aware the needs of recycling of these workers. Therefore, the reskilling of workers and training support for unemployed are key issues. Once again, the best way to achieve the objectives in this area is to abandon the direct state intervention and to allow that the markets work. To this end, the severance pays should be substituted for periodic contributions to worker's capitalization funds (the so-called Austrian fund), which could be used for reskilling, and the unemployed workers should be provided with training vouchers with which to finance their preferred training courses given by the provider that they consider most suitable.

           Taxes and regulations

Tax systems should also be adapted to the new technological reality. In many countries, Spain is a good example, labor incomes are excessively burdened by taxes. If machines and overseas labor are replacing domestic workers in performing many tasks, labor income can no longer bear the tax burden. In particular, welfare state funding should not mainly fall on labor income any longer, as it currently happens in many countries. The contributions to social security and other charges on labor should be cut back, as well as more flexible labor relationships should be allowed.

Reducing the tax burden on labor without a dramatic increase in other taxes, it might be only possible if welfare state efficiency is improved. This would likely require new organizational models in public services. Greater individual freedom to choose and increased competition would help to promote efficiency. Higher capitalization of the pension systems, accompanied by a higher level of private participation in their management, a higher weight of the private sector in providing health services, and a higher private participation in employment insurances and active employment policies are some directions to improve. Moreover, substituting machines for workers and the growing importance of new forms of human capital might affect the birth rate, which would have significant impact on the pension system.

The market regulations could hinder innovation. The regulation of GMOs in Europe or the difficulties faced by the so-called share economy –a silly name, certainly- to enter in hyper-regulated markets are some examples of how regulation can hinder innovation. Particular consideration should be given to financial regulation. The regulation of financial markets should also be cautious. Otherwise, innovative activities may suffer due to difficulties to be financed. Thus, eliminating some regulatory barriers and rethinking regulation seems necessary to face the new technological reality.

Moreover, polarization of the labor market reflects that large sections of the middle-class may currently be adversely affected by new technologies, at least in the short term. Everyone is aware of the importance of the middle class preferences in determining public policies in a democratic society. The reaction to technological change may lead, therefore, to successful demands for greater barriers to trade or to technological adoption, as well as to pressures to implement redistributive policies in favor of these sections of the middle-class (more public employment oriented to these sections, for instance).  One cannot help thinking that some recent political processes in Europe follow this logic.

Convergence

Information and communications technologies are expanding and facilitating access to information (and, thus, to knowledge and technology) to everyone anywhere. This, together with reduced transport costs and the elimination of political obstacles to mobility of goods and productive factors, is facilitating interactions at a global scale and technological adoption by developing countries. Friedman (2006) asserts that, after the end of the eighties, we are in a new stage of globalization (which he calls globalization 3.0).

If technological progress is equalizing opportunities for countries (flattening the world, as Friedman (2006) likes to say), then one should not be surprised to observe in the near future the proliferation of spectacular economic miracles and a rapid change in the geo-economic map. However, the spread of prosperity-promoting institutions around the world cannot stop. Institutions securing property rights and ensuring a free and open society are indispensable for innovation and accumulation. If so, access to information facilitates technological adoption and, consequently, the rapid convergence of the laggards to the most advanced will be seen. However, it must be borne in mind the flip side. A country that rest on its laurels may experience a rapid relative decline.

Democracy

Finally, the main problem that any organization must to solve is to transmit all relevant information to all concerned agents. The information and communications technologies facilitate processing and transmitting information. Therefore, the development of information and communications technologies might induce, in the near future, institutional changes that would improve the functioning of state.

References

Acemoglu, D. & Autor, D. H. (2012). What does human capital do? A review of Goldin and Katz's The race between education and technology. NBER Working Paper 17820.

Brynjolfsson, E., & McAfee, A. (2014). The second machine age: work, progress, and prosperity in a time of brilliant technologies. WW Norton & Company.

Cowen, T. (2013). Average is over: powering America beyond the age of the great stagnation. Penguin Publishing Group.

Friedman, M. (1955). The role of government in education. Economics and the Public Interest.

Friedman, M. (1968). The case for the negative income tax: a view from the right. Issues in American Public Policy. Ed. JH Bunzel. Englewood: New Jersy, 111-120.

Friedman, T. L. (2006). The world is flat: The globalized world in the twenty-first century (pp. 3-543). London: Penguin.

Goldin, C., & Katz, L. (2008). The race between technology and education. Cambridge, MA: Harvard.

Paine, T. (2004). Agrarian Justice (1797). In The Origins of Universal Grants (pp. 3-16). Palgrave Macmillan UK.

Roemer, J. E. (1994). A future for socialism. Harvard University Press.

Van Parijs, P. (1995). Real Freedom for All: What (If Anything) Can Justify Capitalism?. Clarendon Press.